Peña Nieto se "deslinda" de lo operado por munícipes del PRI. Pero como Gobernador tiene que perseguirlos.
En la Antigüedad, a los tiranos les bastaba con insinuar que deseaban hacer alguna fechoría, como por ejemplo asesinar a un opositor, para que alguno de sus vasallos o lambiscones la ejecutara. Si alguien les reclamaba el delito, los tiranos "se deslindaban" e inculpaban a los "tontos" subordinados que habrían "malinterpretado" sus órdenes.
En un Estado de Derecho moderno, los gobernantes no son mandantes, sino "mandatarios", es decir, obedecen a los fines y objetivos del pueblo soberano que los eligió.
¿Cómo estamos con los gobernadores cuyos asistentes y partidarios cometen delitos electorales?
No basta "deslindarse": un gobernador tiene que perseguir y llevar delante de la justicia a quienes cometen fechorías. Para hacer ver que efectivamente el gobernador es imparcial en la contienda, Peña Nieto tendría que denunciar a quienes violan la ley electoral en su Estado y que, de paso, hacen quedar muy mal a su partido. ¿O no?
Pero, qué les parece: en el Estado de México los procuradores de justicia ya han quedado muy mal en otras ocasiones. Ver por ejemplo, el caso de la niña Paulette Gebara.
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