domingo, 28 de octubre de 2012


Leemos en algunas leyes estatales:

Baja California:
El Estado Libre y Soberano … “desde el momento en que un individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se le reputa como nacido para todos los efectos legales correspondientes, hasta su muerte natural o no inducida.” (art. 7)
(CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO LIBRE Y SOBERANO DE BAJA CALIFORNIA)

San Luis Potosí
“ARTICULO 16.  El Estado de San Luis Potosí reconoce la vida humana como fundamento de  todos los derechos de los seres humanos, por lo que la respeta y protege desde el momento  de su inicio en la concepción. Queda prohibida la pena de muerte, la cual no podrá aplicarse  en ningún caso.  (ADICIONADO, P.O. 03 DE SEPTIEMBRE DE 2009)  No  es  punible  la  muerte  dada  al  producto  de  la  concepción,  cuando  sea  consecuencia  de  una  acción  culposa  de  la  mujer;  el  embarazo  sea  resultado  de  una  violación  o  de  una  inseminación indebida; o de no provocarse el aborto  la mujer corra peligro de muerte.  (ADICIONADO, P.O. 20 DE NOVIEMBRE DE 1996)”.


Hace cerca de un año, la Suprema Corte de Justicia de la Nación no consideró pertinente invalidar las reformas constitucionales de los Estados de Baja California y de San Luis Potosí que protegen la vida desde que el individuo es concebido. Y aunque haya sido sólo porque faltó la mayoría cualificada de dos terceras partes de los jueces, el hecho es que esto es ya un buen signo del respeto por el sentir del pueblo llano y por el federalismo. De hecho, la regla aplicada en este caso de la mayoría cualificada de dos terceras partes de los miembros de la SCJN está determinada por motivos de respeto a los Estados “libres y soberanos”. Y no es la primera vez que en regímenes mal llamados “liberales” el hecho de que el pueblo haga sentir su voz logra revertir las medidas “progresistas” que desatienden la vida o la religión.

Pero ¿en qué medida ese respeto democrático manifestado por la SCJN es también respeto por la vida y por los derechos de todos los seres humanos desde su concepción? Eso nos lo dirá el futuro. Pero, podremos ver ya dentro de algunos años si el número de abortos ha disminuido, es decir si aumenta el porcentaje de embarazos que son llevados a feliz término en el nacimiento de un niño o una niña.

Para lograrlo y revertir el actual estado de cosas, no basta proclamarse en contra del aborto: es necesario, además, adoptar e incentivar políticas que defiendan la vida. Y en ese sentido, hay mucho que hacer. No tanto en el aspecto penal, que ya varios códigos estatales establecen penas severas para quienes no respetan la vida del concebido, sino en otros muchos ámbitos que aquí quisiéramos señalar sumariamente.

Sobre la base del reconocimiento constitucional se podrán establecer políticas socialesque hagan realidad el respeto a la vida desde el momento de la concepción. Más que penalizar a las mujeres que abortan, por voluntad  propia u obligadas a ello por sus parejas o sus familiares (y a este propósito, en los códigos penales de BC y de SLP se reconocen excepciones que justificarían la interrupción de los embarazos), hay que promover una atención POSITIVA a la vida.

Es decir, el Estado tiene que promover políticas sociales en dirección del reconocimiento del rol de la familia y en especial de la mujer en la educación, con ayudas de varia naturaleza que pueden venir del Estado y de la sociedad.

El Estado y la sociedad pueden:
  1. Poner atención especial a las gestantes y a sus cónyuges (un buen programa podría ser el de sensibilizar a todo el personal médico y paramédico sobre la situación especial que viven las parejas que están esperando un hijo, sobre todo si son primerizas).
  2. Incentivar y crear infraestructuras para la atención de los niños, desde cunas y guarderías, hasta parques de juego cerca de las habitaciones familiares, tránsito sin barreras para que las “carrozas” con niños puedan pasar, tráfico vehicular a paso de hombre, etc.
  3. Otorgar y reconocer apoyos económicos que compensen el mayor gasto de las familias por el hecho de acoger un nuevo miembro (de esa familia y de la familia humana): compensaciones que pueden ser cheques mensuales por cada hijo, o deducciones por gastos en la cria y educación de los hijos, o facilidades en los seguros sociales como el seguro popular (¡bravo Felipe!), etc.
  4. Reconocer socialmente el trabajo que se hace en favor de las familias numerosas, como pueden ser facilitaciones a las Organizaciones de la sociedad civil que apoyan a los menores y a sus familias, deducibilidad de los gastos empresariales para guarderías, etc.
  5. Facilitar que las mujeres con hijos puedan desarrollarse al mismo tiempo profesionalmente y maternalmente: por ejemplo con la introducción de horarios flexibles en el lugar de empleo (no sólo la hora para la lactancia sino para quienes tengan hijos en edad de la primera infancia o pre-preescolar), reconocimiento oficial de las competencias adquiridas en dirigir una economía familiar (por ejemplo, aumento del puntaje de las mamás que se inscriben en el Servicio profesional de carrera, sobre todo como maestras, por tener “experiencia directa en la educación y en el manejo de realidades económicas”), etc .

Considero que quienes se oponen a este tipo de políticas, merecen el nombre de pro-abortistas; independientemente de lo que digan sobre las penas que quieran imponer a las gestantes.
Más orillan al aborto la falta de soluciones sociales y la negligencia en el actuarlas, que prevenirlo las amenazas inscritas en los códigos penales.

Podemos añadir que se también se defiende la vida con un:

Trabajo de prevención a favor de la vida:
  1. Educación sexual adecuada y temprana (no “precoz”) que responda a la situación de exacerbada sexualidad que enfrentamos hoy tanto en los medios de comunicación como en las prácticas de las parejas adultas (esas que deberían ser ejemplo para los jóvenes).
  2. Responsabilización de los padres y los maestros sobre dicha educación.
  3. No confusión de los roles de la familia, la Iglesia y el Estado en dicha educación, pero con adecuada subsidiaridad si se da el caso.
  4. Búsqueda del máximo denominador común entre todos los que se dicen y declaran defensores de la vida, incluyendo a todos aquellos que aceptan o toleran la no penalización del aborto. En este sentido, la mejor defensa de la vida pasa por el diálogo con todas las personas de buena voluntad.

Y con la
 Denunciar de las políticas contrarias a dicho valor

Hay que decir un NO rotundo a la pena de muerte. No hace mucho, un partido político nacional propuso repristinar la pena de muerte. A parte la actitud demagógica, esa propuesta implica subordinar el valor de la vida que se dice defender a los resultados electoreros y proyectos de poder.